miércoles, 16 de enero de 2013

El sentido de la vida

El sentido de la vida
Por Viktor Frankl.-

"Dudo que un médico pueda responder a esta pregunta con nociones genéricas, pues el sentido de la vida difiere de un hombre a otro, de un día a otro y de una hora a otra. Por tanto, lo que importa no es el sentido de la vida en formulaciones abstractas, sino el sentido concreto de la vida de un individuo en un momento determinado. Plantear esta cuestión en términos generales equivale a la pregunta que le propusieron a un campeón de ajedrez: "Dígame, maestro, ¿cuál es la mejor jugada del ajedrez?". Sencillamente no hay contestación posible a esa pregunta, pues jamás se dará una buena jugada, o la mejor jugada, sin una referencia concreta a una determinada partida y a la peculiar personalidad del oponente. Exactamente igual ocurre con la existencia humana; no deberíamos perseguir un sentido abstracto de la vida, pues a cada uno le está reservada una precisa misión, un cometido a cumplir. Por consiguiente, ni puede ser reemplazado en su función, ni su vida puede repetirse: su tarea es única como única es la oportunidad de consumarla. 
La noción del sentido de la vida también se entiende desde el ángulo inverso: si consideramos que cualquier situación plantea y reclama del hombre un reto o una respuesta a la que sólo él está en condiciones de responder. En última instancia, el hombre no debería cuestionarse sobre el sentido de la vida, sino comprender que la vida le interroga a él. En otras palabras, la vida pregunta por el hombre, cuestiona al hombre, y éste contesta de una única manera: 'respondiendo' de su propia vida y con su propia vida. Únicamente desde la responsabilidad personal se puede contestar a la vida. De tal modo que la logoterapia considera que la esencia de la existencia consiste en la capacidad del ser humano para responder responsablemente a las demandas que la vida le plantea en cada situación particular" (Citado en pág 131 "El hombre en busca de sentido" de Viktor Frankl, editorial Heder). 

Comentario: ¿Es esto una paradoja pues al decir que el sentido de la vida es responder de manera responsable y 'adecuada' en cada situación de vida, lo que significaría, en una abstracción, que podría existir una especie manual de qué hacer ante cada una de la situación, habiendo entonces un único sentido a la vida? ¿Es la vida sólo el momento donde hacemos efectiva (real) la acción de nuestros pensamientos que nos llevan actuar para enfrentar la determinada situación que luego quedará como historia que servirá para formular aquel sentido de vida descrito en el fragmento? De seguro podríamos hablar, discutir y pensar horas y horas sobre el tema, pero antes sería sensato leer el libro del autor ya citado pues ahí podríamos encontrar muchas ideas para formarnos una idea frente al tema. 


*Texto citado, comentario por el staff de fromdistantearth.blogspot.com, todos los derechos reservados. 

domingo, 13 de enero de 2013

Ateos y la decadencia

Ateos y la decadencia

Ateo es el nombre que recibe la persona que profesa el ateísmo, donde adscribe la no-creencia en entidades divinas. Existen un sin fin de expresiones o ideas que "definen" al ateísmo, tales como: la no creencia en dios, la negación de dios, la creencia en la humanidad, etc., etc., por lo que definirlo de una manera absoluta sería difícil y problemático para todos quienes profesan el ateísmo y para todos aquellos que creen ser ateos.

Por lo tanto esta entrada nació por el pensamiento y crítica a esos ateos de moda que han utilizado esta ideología como herramienta de liberación más que como filosofía de vida. Por ello, que esta entrada está sujeta a la subjetiva propia del autor la cual puede estar o no en acuerdo con otras.

Por más de 15 años me he considerado ateo y sólo en los primeros parecí un rebelde que utilizaba el ateísmo como esa herramienta liberadora contra las presunciones político-morales-sociales-religiosas que imperaban (imperan) en el mundo donde me formé. Al cabo de un par de año me di cuenta que no podía definirme en base a lo que no quería ser o pertenecer (como en este caso en tema religioso) por lo que comencé a trabajar en el siguiente pensamiento: "Si no soy religioso, entonces soy ateo por defecto (o quizás agnóstico, pero para qué entrar en detalles) pero, entonces, qué ingenuo profesar algo que se define en base a lo que no quiero vivir/aceptar/participar (y aquí se aplica a muchas áreas de la vida!) en vez de vivir calmo y tranquilo con una filosofía de vida propia e independiente a lo que se le conoce como "el opuesto" (en este caso, ser religioso)".

Desde entonces el ateísmo se ha convertido, en pocas palabras, en un amor a la humanidad, al ser humano y sus potenciales que mientras viaja en el tiempo, lograr elevarse más y más por sobre las especies, dejando una historia llena de grandes maravillas: música, pensamientos, artes, sociedad, cultura, tecnología, etc. Vivir el libre albedrío que, como diría Sartre, te hace hacerte responsable de tu vida y ser dueño de ella, pues eres el único que la puede vivir y no habrá algo (y si lo hay no lo sabremos y no podemos vivir de ilusiones) que la viva por ti. Es un 'amor fati' como diría Nietzsche. 

Y propósito de este último autor, es ahí donde nace el concepto nietzscheniano de la decadencia, en que los individuos se someten a una ideología moral que los desempodera de sí mismo, haciéndoles caer en el juego de definirse por "no ser lo otro", pues es fácil crítica, juzgar y burlarse de lo que no soy, pero, lo importante siempre será ¿qué es lo que soy? 

Por tanto, alejaos de esa tendencia adolescente y construya un fundamentado e independiente camino....

*Texto producido por el staff de fromdistantearth.blogspot.com, todos los derechos reservados.