martes, 8 de marzo de 2011

Volver al pasado: mi experiencia

Volver al pasado: mi experiencia

El maniático mundo actual en que las comunicaciones instantáneas dominan el mundo y la vida de muchas personas, las que pasan más tiempo conectadas que el tiempo que duermen y que hace gran parte de su vida social, laboral o tiempo de ocio en la red, hace que la persona pierda, de alguna forma, su identidad y, por ende, la conexión consigo misma. De esto, muchos especialistas han hablado de las nuevas patologías y desordenes asociados a este contexto, como la adicción a la tecnología y a las personas, además de efectos neurológicos asociados como el TDA. Por esto, que el mundo actual se ha configurado por la virtualidad, haciendo imposible que la persona la deje lado: un miedo a la soledad es evidente.

Al principió también creí que dejar de lado la virtualidad podría ser osado y hasta perjudicial con todo lo que ya se ha escrito, pero, aún así, quise probar si era posible estar fuera de esto (como habrán notado el blog también lo estuvo, así como twitter, facebook, correos electrónicos, mensajeros instantáneos, entre otros). Todo comenzó a finales de diciembre del año pasado y fue una difícil batalla pues pensé que hasta poder ser adicto a esto. La primera semana y también la segunda fue una constante lucha entre la soledad y la virtualidad, una constante contradicción en que el único elemento preponderante era el pensamiento que hace 20 o 30 años la comunicación se veía basa en correos y quizás algo de teléfono o telegramas. De pronto me di cuenta, pasada casi dos semanas que no necesitaba de esto y que comenzaba a vivir de otra perspectiva, de una perspectiva del yo y el mundo, no del mundo y yo. Claro, la conexión con el mundo disminuyó pero la conexión con el yo aumentó considerablemente, teniendo tiempo para realizar distintas cosas que, de alguna manera y como diría un psicólogo, te llevan a desarrollar áreas de tu persona que, acompañado de la fuerte soledad, te hacen ser dueños de tu vida y la conexión con el mundo y no viceversa. Y así pasaron más de dos meses en que viví en mi mundo interior, disfrutando de cosas que jamás pensé que podría hacer, disfrutando de la soledad y de mí, recordando una y otra vez como en el pasado las personas vivian en una realidad en que ellas era el factor preponderante y la creatividad era uno de los principales factores. Y Así pasó al tiempo en que tarde alrededor de una semana en volver a recuperar el mundo virtual y social.

A modo de conclusión, creo que definitivamente el mundo social-virtual, a veces, quita tiempo fundamental para que la persona logre desarrollar distintos elementos que afirmen quienes son y no quienes deben ser.


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