martes, 27 de enero de 2009

Conspiraciones, ¿más allá de lo sensato?

Conspiraciones, ¿más allá de lo sensato?
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A lo largo de esta última década se han hecho muy comunes algunas palabras en vocabulario ordinario, tales como “byte”, “internet”, “terrorismo”, entre otras, las que representan los grandes cambios que la humanidad ha sufrido en su última década, que, sin dudas, ha sido una época en que ésta se ha visto muy beneficiada gracias a su capacidad para crear cualquier cosa que nazca de su gran imaginación. Pero, también, como suele suceder a menudo, muchas de esas creaciones se han vuelto en su contra o han comenzado a mostrar otra perspectiva de la vida… quizás yendo más allá.

Entre tantas palabras que se han acuñado en nuestra jerga ordinaria y entre los tantos inventos que han servido para mostrar la otra perspectiva de la vida, han sido las jocosas conspiraciones… ¡vaya! Un tema al que más de alguno lo habrá hecho caer en su suspicaz magia que explota el sentido de curiosidad que tienen los seres humanos.

Sin duda un tema entretenido a analizar, pues comencemos con la base de que “la conspiración” es el acto en que varias personas hacen algo discretamente para conseguir sus fines. Con esto y con poner “conspiraciones” en tu buscador, ya tendremos grandes historias que contar, historias que, algunas veces, van más allá de lo que la ciencia ficción ha podido llegar (irónicamente hablando).

Conspiraciones que van de lo más simple a lo más complejo; propaganda subliminal en canciones y dibujos animados, gobiernos que buscan pretextos para embarcarse en una guerra, gobiernos que tienen tratos con seres de otros mundos, gobiernos que buscan controlar el mundo y las propias mentes de las personas, seres extra e infra terrestres que buscan el control del mundo a través de personas, los planetas como esferas huecas, la incertidumbre de logros científicos, el nuevo orden mundial, las –muy famosas- ordenes secretas (o sectas) que buscan implantar su ideal u ocultar verdades, la mala interpretación de viejos cuentos, el control del mundo por una fracción del mundo (no incluye a gobiernos), religiones que buscan el control del –adivinen qué-… mundo, encubrimiento de hechos de corte paranormal o “ufológico”. En fin, la lista es mucho, mucho más extensa, pero creo que esto ya ilustra cómo ha crecido el concepto que yace en el titulo.

El factor que ha hecho más factible esta propagación es sin duda la explosión y masificación que ha tenido los medios de comunicación en, exactamente, la última década. La facilidad con la que las personas del mundo puedan estar unidas con el recto del mundo, sumado a la ingenuidad de muchos e idealismos de otros, ha creado un cultivo del que podemos cosechar múltiples teorías conspirativas.

Frases como “¿Qué tal si ellos -¿Quiénes?- Buscan hacernos creer que los conspirativos son unos dementes cuando en verdad tienen la razón?” O “¿Por qué no?” resultan ser una herramienta fundamental con la que las personas defienden las teorías conspirativas que ellas están a favor. Y acá resulta algo interesante, o más bien dicho, caótico de esta situación, pues para muchos algunas de estas suposiciones pueden resultar muy ciertas, dándole una superficial explicaciones a las dudas que buscan saldar, aunque las piezas del rompecabezas conspirativo salgan de toda posibilidad “normal” de este actual mundo u otras sean simple fallas que buscan acabar con todo lo que tenemos (¿no les gusta todo lo que tenemos? ¿Qué hacen para cambiar lo que no les agrada? ¿Historias?)

Resulta aun más interesante cuando se crea un debate sobre la fiabilidad de la teoría en cuestión, pues las personas que están en contra de algunas de ellas encuentran fácilmente las fallas que hay en ellas, llegando incluso a explicarlas desde los parámetros del punto de vista correspondiente, haciendo que los defensores de tales caigan en el gran jueguito de la fe, pues al igual de lo que sucede en las religiones, cuando ya no hay más formas de demostrar la factibilidad de la idea, se cae en la creencia ciega, lo cual siempre ha significado un problema a lo largo de la historia. Sin duda un caos conspirativo.

Pues bien, como anteriormente lo he señalado, la mayoría de las veces me encuentro en el lado de quienes encuentran las carencias de aquellas teorías, lo que me ha dado gratos momentos de debates, pero… bien, hagamos la siguiente suposición: “un grupo x controla el mundo, por lo que todos los demás seres son esclavos de aquella pequeña facción”. Suponiendo cierta la sentencia anterior, aquí nacen algunas dudas, quizás, muy lógicas: ¿para qué nos buscan controlar? ¿O destruirnos? ¿O controlar el planeta?, si no somos libres ¿qué sería ser libre?, ¿qué hace la gente, además de alegar, para cambiar o terminar con maquiavélicas ideas?, ¿por qué seres de otros mundos estarían interesados en nuestra especie, siendo que se dice que se han descubierto un par de planeta similares a este? ¿Por qué éste?, ¿por qué siempre se le identifica a la gente de “poder” con aquel “grupo x”?

En fin, un tema muy sabroso que si lo condimentado con las múltiples contemporáneas interpretaciones de antiguas profecías, se vuelve algo realmente entretenido…
*Texto producido por el staff de fromdistantearth.blogspot.com, todo los derechos reservados.

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